Unos valencianos han diseñado una máquina que funciona con monedas y que copia CDs como si fuese na expendedora de tabaco o bebidas. La copia se hace en cuatro minutos y cuesta un euro.
Como era de esperar la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) les denunció (aunque fueron ellos mismos los que les avisaron, por lo que pudiera pasar) y después de un proceso de dos años el juez ha decidido que no hay delito.
El invento se llama CopyPlay y está a punto de empezar su distribución por toda España.
Reproducido de Asociación de Internautas:
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Las nuevas tecnologías permiten copiar archivos musicales -y de vídeo, y programas informáticos- tantas veces como se quiera, y con un coste muy bajo. Algo que está provocando un fenómeno increíble de multiplicación de la cultura. Pero que pone los pelos de punta a los directivos de la industria discográfica.
La última amenaza para su negocio viene de Valencia. Se trata de una máquina para copiar discos compactos -CD- que funciona con monedas. Copyplay, que así se llama el invento, se instala en cualquier lugar público. Su funcionamiento no puede ser más sencillo: se compra un disco virgen, como si fuera una lata de refresco; se introduce junto con el original en unas bandejas, se paga un euro y en pocos minutos se tiene duplicado el disco compacto.
Para luchar contra ésta y otras posibilidades tecnológicas -grabadoras de CD, servidores de Internet tipo Napster-, la industria apenas cuenta con un arma: la defensa ante los tribunales. Como decía la maldición gitana, "así tengas juicios y los ganes". Y es que, incluso si al final sale victorioso, los quebraderos de cabeza, a quien se vea envuelto en litigios, no se los quita nadie.
En el caso de Copyplay, esta presión legal ha supuesto casi dos años de litigios. Aunque no puede decirse que les pillara de sorpresa. De hecho, fueron sus propios inventores, José Vicente Ortiz y Roberto Herrai, quienes avisaron a la Sociedad General de Autores (SGAE) y a la Asociación Fonográfica y Videográfica de España (Afyve) de la existencia de su invento. Incluso, se ofrecieron voluntariamente a pagar un canon por disco copiado, como ocurre hoy en día con el negocio de las fotocopiadoras. Pero los representantes de la industria se negaron en redondo.
Entonces los dos inventores instalaron varias máquinas en un local abierto al público. Y, nuevamente, avisaron a la SGAE de su existencia. Ésta envió un inspector que realizó una copia ilegal, en la que se basó la posterior denuncia. Finalmente, en junio de 2000, la Policía Local de Valencia intervino tres de las máquinas y las requisó junto a varios folletos y la recaudación.
Ahora, el juez del caso ha determinado el sobreseimiento de la causa, a instancias del fiscal. No hay delito, al menos por parte de la empresa, ya que la máquina no atenta contra la propiedad intelectual. Ocurre como con las fotocopiadoras: es el usuario quien se responsabiliza de usarla para fines lícitos.
La decisión del juez valenciano abre el camino para la comercialización de la máquina en toda España. En breves días, Copyplay tendrá su propio sitio web (www.copyplay.net). Sus inventores están hablando con varios fabricantes y quieren montar una franquicia para extenderlo por toda la geografía española. De hecho, como explica José Vicente Ortiz: "Ya nos han llamado hasta de Noruega: la noticia la dio EL MUNDO de Valencia, alguien la leyó en un avión y nos han llamado para interesarse".
Y la copiadora de CD por monedas no es el único proyecto de estos inventores. Ya tienen lista otra máquina que graba DVD, lo que permitiría copiar películas en tiempo récord y a bajo precio. Y podría haber otra más para pasar discos de vinilo a formato CD.
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